Las 4 características de un auditor eficaz

Mariángela Gatta. @mariangatta
8 abr 2015
2 Min. de lectura

Las auditorías – internas o externas – pueden resultar intimidantes para quienes van a ser evaluados. En esos días el clima de las empresas suele ser de tensión, los involucrados se encuentran a la expectativa de lo que puede suceder y la presencia del auditor en ocasiones es percibida como una amenaza.

Para no ser un sujeto indeseable dentro de la organización, el auditor debe transmitir confianza y dejar en claro que la auditoría establece una relación ganar – ganar en que todas las partes involucradas son beneficiadas.

Solo un auditor eficaz puede crear la atmósfera idónea para que los acontecimientos ocurran de manera acertada y provechosa. ¿Cómo es ese auditor ideal? ¡Sigue leyendo!

Observador sagaz: Documentos, lenguaje corporal, registros, disposición de los diferentes elementos de la empresa, filosofía de la organización, todo debe pasar por la mirada atenta del auditor, quien de antemano tiene que estar preparado para comprender los procesos y aspectos técnicos. Una observación detallada aviva el instinto, así que en tu próxima auditoría activa tus cinco sentidos en función a comprender todo lo que sucede en los diferentes niveles de la compañía.

Acucioso: Las respuestas vagas y los vacíos ante las inquietudes del auditor no pueden distraer a éste. De allí la importancia de ser inquisitivo, indagar lo más que se pueda y leer entre líneas. Solo así es posible evaluar atinadamente, descubrir irregularidades y aportar posibles soluciones. Esto implica un amplio conocimiento de las normas ISO 9001 e ISO 19011.

Flexible: El auditor está facultado para hacer notar a los directivos las fallas de las organizaciones, ¿cierto? Pero no está allí para juzgar. Es válido hacer concesiones y para ello debe desarrollar una gran capacidad de escuchar a los demás demostrando ser flexible y gentil.

Capaz de procesar información rápidamente: Tras una escucha activa y observación detallada, el auditor necesita ser hábil a la hora de extraer información útil y desdeñar lo superfluo para levantar datos relevantes. De esa forma el informe que elabore será un aporte valioso para los directivos al tiempo que aumentan las probabilidades de que el documento sea una guía real que coadyuve a superar obstáculos.