top of page

El dilatado "hecho en Venezuela"

  • Mariángela Gatta @mariangatta
  • 19 feb 2015
  • 4 Min. de lectura

El perfume de Francia, tal telas de Colombia, la carne Argentina, la moda de Italia… Existe un posicionamiento de varios países con respecto a diferentes rubros como consecuencia de una larga tradición productora y Venezuela se deja seducir. El portal web del Instituto Nacional de Estadística (INE) refleja que de enero a junio de 2014 el Estado venezolano empleó 17.351 dólares en importaciones puesto que en el país se importa aproximadamente el 70% de lo que se consume . Las cifras dan cuenta de cuán lejos estamos de ser un país productor y de que el “hecho en Venezuela” se dilata hasta sumirnos en crisis.

Producir para alimentarnos

Basta con mirar los anaqueles vacíos para saber que nuestra seguridad alimentaria está comprometida dado el déficit de carne, pollo, leche, harina de trigo, harina de maíz (precocida), azúcar, margarina, entre otros. La lista se extiende hasta llegar a los productos de limpieza y aseo personal.

El escenario ideal sería que los venezolanos produjéramos suficientes alimentos para abastecernos y que el excedente se exportara a manera de generar ingresos que se destinarían a la reinversión, mejora de los productos, ampliación de rubros y aumento de beneficios para los trabajadores y la ansiada adquisición de divisas que ayudaría a la necesaria recuperación económica. Ello nos llevaría a una regulación del mercado donde deben prevalecer el equilibrio entre oferta y demanda e incremento de las ventajas comparativas y competitivas del país frente al mercado internacional.

No obstante tales ventajas competitivas son diezmadas por la escaza producción nacional. A raíz de esto los consumidores se ven forzados a comprar productos foráneos. Es aquí donde el ya vapuleado usuario se topa con otra contrariedad: no hay divisas para adquirir artículos importados.

En este punto es válido preguntarse ¿se puede posicionar una marca nacional si esta se encuentra en los anaqueles intermitentemente? Los conceptos de marcas predilectas y favoritismos se van desdibujando de la mente del consumidor cuando la necesidad se impone. Una de las tantas consecuencias de esta situación es que los fabricantes invierten tiempo y esfuerzo en sus procesos de marketing – un aspecto casi ausente en el imaginario colectivo – sin obtener resultados.

Si la situación se revirtiera súbitamente ¿Qué garantías tenemos de que al haber producción nacional los consumidores preferirán invertir en lo autóctono? El ingeniero Gilberth Araujo , auditor y asesor en sistemas de gestión de la calidad, argumenta que “la preferencia de un consumidor por un producto se fundamenta en sus atributos de calidad que entre otras variables propician: la disponibilidad, confiabilidad, durabilidad y un precio justo respecto a las expectativas del cliente. Evidentemente, si un proveedor no tiene la oportunidad de fabricar productos de calidad o si los recursos disponibles no le permiten fortalecer el atributo de calidad, el cliente manifestara su inconformidad seleccionando otros productos que si lo satisfagan”.

Marca, calidad y precio

¿Basta con que un producto sea elaborado en nuestro país para desarrollar preferencia por él? Los chauvinismos no tienen cabida en las relaciones precio – calidad que establecen los consumidores a la hora de comprar.

Para desarrollar afinidad con la marca es necesario que el usuario conozca el proceso de elaboración, lo asocie y se identifique con lo que él valora. Tras robustecer el aparato productivo de Venezuela, es menester que se creen campañas que inviten al colectivo a incrementar la preferencia por lo nuestro. El trinomio marca- calidad y precio siempre será considerado, por ello debe ir unido al sentimiento de lealtad por lo propio.

Dichas percepciones positivas de lo autóctono no son generalizadas. Hay quienes apuestan por la tradición productora de otros países. ¿Lo extranjero es mejor? Gilberth Araujo opina que no. “Esos atributos son ventajas comparativas que puede adquirir cualquier bien o servicio en el mundo. Todo depende del talento humano con el que cuentan las organizaciones y las habilidades para aprovechar los beneficios que ofrece el entorno, y en ese sentido en Venezuela hay talento excepcional y un entorno que puede brindar grandes oportunidades que hay que saber descifrar para hacerse de las ventajas comparativas que potencialmente tiene cualquier negocio”.

Nacional vs. Importado

Guardar fidelidad a los productos nacionales mientras hay escasez y desabastecimiento puede parecer quimérico. Es imperativo contar con un mercado sólido en que el usuario esté seguro de obtener el producto en el momento en que lo necesite. Con esto nos referimos a alimentos, medicinas y demás enseres.

Al tiempo que nuestra producción decae las importaciones aumentan. ¿La industria nacional puede resultar afectada por este fenómeno? Araujo considera que “Nosotros tenemos que ocuparnos en aumentar la capacidad de producción nacional, incrementar el interés del cliente en los productos venezolanos y una promoción de las marcas nacionales para hacerlas conocer en el mercado interno, y con la madurez de adquirir ventajas competitivas a nivel local, nos podemos atrever a posicionarnos en el exterior”.

Juventud, fuerza y talento acompañan a los venezolanos. Si la voluntad se suma a estas características en Venezuela imperará la excelencia al tiempo que aumentará nuestra calidad de vida. Basta dar el primer paso y comenzar a trabajar. ¡Manos a la obra!

Ingeniero Gilberth Araujo


 
 
 

Comentarios


Destacadas
Entradas recientes
¡Síguenos!
Buscar por etiquetas
Archivo
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page